1. No es necesario comer un mínimo de cinco raciones entre frutas y hortalizas cada día para mantener una buena dieta.
FALSO. Las frutas y las hortalizas son imprescindibles porque aportan nutrientes esenciales y ayudan a prevenir muchas enfermedades. Y cinco raciones es la cantidad mínima recomendada por médicos y dietistas.
2. Los alimentos frescos y naturales son los menos saludables.
FALSO. Los alimentos frescos contienen más vitaminas, fibra y minerales de origen natural. Consumir productos frescos nos aporta más energía, nos ayuda a preservar nuestro peso ideal e incluso nos permite reducir los efectos del envejecimiento.
3. Los zumos de fruta envasados son tan saludables como los zumos hechos en casa.
FALSO. Los zumos de fruta natural conservan todas las propiedades saludables de la fruta. Los zumos envasados no, porque tienen aditivos y azúcares añadidos.
4. Comer un yogur con sabor a fresa es igual de nutritivo que comer una ración de fresas.
FALSO. Los yogures con sabor de fruta sólo contienen una pequeña parte de las propiedades saludables de la fruta. Por lo tanto, la ración de fresas es más nutritiva.
5. La mejor forma de comer cada día las frutas y hortalizas necesarias es un poco en cada comida.
VERDADERO. Comiendo frutas y hortalizas en cada comida llegaremos fácilmente a las cinco raciones diarias. Además, si las consumimos a menudo, tendremos energía todo el día y nuestro sistema digestivo saldrá beneficiado.
6. Practicar actividad física no es imprescindible para tener una vida saludable, ya que sólo es importante tener en cuenta la alimentación.
FALSO. Ayuda a sentirse mejor, con más energía, y a relajarse, reducir el estrés, dormir mejor y tonificar los músculos. Además, ayuda a prevenir y tratar el exceso de peso.
7. El desperdicio de alimentos sólo se puede reducir en los comercios y los establecimientos de restauración.
FALSO. De hecho, el 58% del desperdicio, se produce en los hogares. Por lo tanto, se desperdicia más en el ámbito doméstico que en la restauración y distribución de alimentos. Por ello, todos podemos contribuir a reducir el desperdicio.