La menta puede alcanzar los 40 centímetros de altura. Tiene unos tallos cuadrangulares y ramificados, con ramas sin flores en el vértice. Las hojas son grandes, largas y anchas, lanceoladas, de limbo plano y borde aserrado. Las inflorescencias están formadas por pequeños pseudoverticilos. El cáliz es peludo y acampanado.

Bulbo delgado y alargado, formando racimos envueltos en una membrana. De dichas membranas nacen una serie de hojas vacías, estrechas, largas y circulares de color verde oscuro. Tienen un sabor muy suave, delicado y aromático que recuerda el de la cebolla.